domingo, 20 de abril de 2008

BESOS DE LLUVIA

La lluvia, amor, la lluvia que
nos llueve.
La lluvia que golpea contundente
con su temblor de lluvia
mientras nos damos besos en
mi coche, mientras la noche llueve
y es ajena.
Agua que cae de pronto y por sorpresa
y que pone un susurro
acompañando
las risas y los besos.
No me gusta la lluvia y me decaigo
y me embute los ojos y ataca mi cabeza
con un dolor disperso.
Sólo el olor a lluvia y su sonido.
Sólo el sabor a lluvia
de tu boca.

lunes, 14 de abril de 2008

RASGUÑO DE INSTAMATIC

Un retrato me manda hacer Violanta
de ese tipo que sale en los espejos,
poniéndome un gordiano en la garganta
y alfileres de punta en mis pellejos.

Qué perfil he de dar, qué pose elijo,
qué estilo, qué enseñar, qué decorado,
cuál ha de ser mi andar, cuál mi escondrijo.
Clavó su lanza Berti en mi costado.

Si putilla Interviú me arreglaría,
si aristócrata el trono me amparara,
si cantante de pública cuchara
mi club de fans todo perdonaría.

Lo malo es que ni canto ni disfruto
de palacios de invierno y terciopelo,
y para colmo tiene mi atributo
más de guitarra que de violonchelo.

No conocerme apenas es mi sino.
No buscarme, la flor de mi pereza.
“Pronto sabré quién soy” suena a argentino
y destila el candor de la certeza.

Separa mi cogote del asfalto
un alto cuerpo en sombra y golosina,
un junco con temblor y sobresalto,
un moreno de curva en golondrina.

Nací en Madrid, hoy hace veinticuatro,
retumbando de llantos y empujones.
Duró el insomnio gris de lagrimones
hasta el mismo momento en que el teatro

de mis días de azúcar y atropello
se abrió de par en par un sonriente
mago Melchor que del lejano Oriente
nunca faltó a la cita en su camello.

Tuve de todo y más. Calles de cloro.
caricias y juguetes. Luz en cama.
Con mi prima Cristina en una rama
viajé sin mapa a la Isla del Tesoro.

Pero todo se pasa y todo queda.
Nunca sabré cuál fue el punto final
mas el reloj empuja y la moneda
de la cara y la cruz siempre es fatal.

Tocó orillar la escuela con su examen,
su legaña, su timbre, su rutina,
su gimnasia, su angustia, su dictamen,
sus números impares, su sordina,

mi cromo, mi recreo, mi chuleta,
mi mochila, mi plan, mi parche herido,
mi chica, mi compás, mi bicicleta,
mis amigos del alma y yo no he sido.

Y otra vez el clarín. Cambio de tercio.
Carné de coche. Urnas. Papeletas.
Carrera de autos locos en porretas
de la universidad a mi comercio.

Pero quién soy, qué busco, dónde ando…
Dije que no lo sé. No lo retiro.
En el camino estoy, voy caminando,
y así estaré hasta el último suspiro.

Corre en mis venas ansia sordomuda,
lealtad y miedo y sangre y avaricia
y amistad y decoro y la caricia
eterna y hueca y puta de la duda.

Gusto de un hablar mudo y en cascada,
tengo en mi haber los siete capitales,
desdeño lo mediocre y mi almohada
cargada va de sueños liberales.

Y al cabo está incompleto mi retrato.
Brochazos. Poca seda. Mucha estopa.
Lo seguiré intentando mientras trato
de vivir… cantando alegre en la popa.